El río Tormes en su deriva espacial con el tiempo se ha ido desplazando hacia el noroeste encajándose a cotas cada vez más bajas dejando sus antiguos cauces formando una secuencia de terrazas colgadas. Al quedar las terrazas fuera de la influencia de las aguas fluviales se han ido formando suelos en su superficies.
De esta manera al ir desde las terrazas
altas hacia las bajas nos desplazamos desde los suelos más antiguos
a los más jóvenes.
En los alrededores de la ciudad de Salamanca
permanecen tres secuencias que constituyen una excelente cronosecuencia
con nueve superficies.
Sobre estas tres cronosecuencias
Pilar Alonso Rojo presentó su Tesis Doctoral y de ella son la mayoría de
los datos que presentamos aquí.